Vamos a proponerte que ver en Lisboa y cuales son los sitios y monumentos que no te puedes perder si viajas a esta encantadora ciudad del Atlántico.
Es la capital de Portugal desde la época más gloriosa del país, cuando sus embarcaciones recorrían el mundo y volvían cargadas de tesoros, Lisboa es hoy una ciudad cosmopolita, a la altura de otras capitales europeas.
Sin embargo, sigue siendo una ciudad llena de encantos y lugares donde recorrer la historia de la vieja Europa, con monumentos y rincones de los que seguro que te llevarás un grato recuerdo.
¿Qué ver en Lisboa obligatoriamente?
Si es la primera vez que viajas a la ciudad, estos son los sitios que no puedes dejar de ver:
La Torre de Belém
Sin duda, es uno de los lugares más conocidos de Lisboa, si te preguntan qué ver en lisboa ésta es una de las respuestas que te debe venir a la cabeza rápidamente.
Declarado Patrimonio de la Humanidad y de las pocas construcciones que se mantuvieron en pie (más o menos) tras el terremoto y posterior tsunami que casi borra la ciudad del mapa.
Construida en el siglo XIV como fortaleza frente a los ataques de indeseables que trataban de entrar a Lisboa a través del río, fue el punto de partida de algunas campañas que llevaron a cabo los descubridores portugueses. Hoy es todo un monumento a esta época de l historia del país.
El estilo arquitectónico Manuelino destaca en esta torre, en la que se pueden ver algunas esculturas como la del patrón de la ciudad o la de los viajes.
La torre de Belém se encuentra muy cerca de otros lugares de visita obligada como el Monasterio de los Jerónimos o el Monumento a los Descubrimientos, además de dar nombre a los dulces más típicos de Lisboa.
Para poder entrar te recomiendo que reserves online tu ‘Ticket de entrada a la torre de Belém’ para evitar las largas colas. Aquí puedes hacer la reserva.
El Monasterio de los Jerónimos
También llamado Monasterio de Belém, se construyó como lugar de oración para los monjes de la Orden. Se decía que podían guiar a los viajeros en su aventura, además de al rey en sus decisiones.
El interior del Monasterio alberga una iglesia anexa, así como los restos de famosos personajes de la historia como Vasco De Gama o el escritor Luis Camões. Reyes como Manuel I también reposan allí.
Según los expertos, el edificio es el que mejor representa el estilo Manuelino de todo Lisboa, incluso más que la Torre de Belém. Algunas veces se organizan conciertos, que pueden dar el broche de oro perfecto a la visita.
Poder entrar es una experiencia que merece mucho la pena, un lugar perfecto para tomar fotos y pasear durante un buen rato. Para comprar el ticket de entrada al Monasterio de los Jerónimos’, te recomiendo hacerlo por Internet en este enlace.
Monumento a los Descubridores
A mediados del siglo pasado se mandó levantar este monumento, que muestra varias figuras representativas de la época de los descubridores, encima de una rosa de los vientos y un mapa con las rutas que se fueron trazando, además de la fecha en las que se hicieron.
El interior del monumento a los descubrimientos muestra una exposición virtual donde se amplía la información acerca de las aventuras de los descubridores.
Además, se puede subir y ver el barrio de Belém al completo, un lugar espectacular para sacar las mejores fotografías de la ciudad.
Museo Berardo
El Museo de Arte Contemporáneo, más conocido como el “Berardo”, alberga piezas de artistas de los siglos XIX y XX procedentes de un coleccionista privado.
Está considerado uno de los más importantes de Europa en su estilo, con más de 250 obras como el cuadro que Warhol hizo de Judy Garland con su incomparable estilo Pop.
Un dato curioso es que la colección estuvo a punto de abandonar Portugal, ya que galerías de París y Estados Unidos pujaban por hacerse con la colección.
Afortunadamente para los lisboetas sigue estando allí, atrayendo a muchos visitantes a los que les fascina este tipo de arte.
El Castillo de San Jorge
Residencia de la casa Real desde mediados del siglo XII, en el XIV se convirtió en una prisión y almacén de armas.
El terremoto de 1755 dejó las murallas en muy mal estado hasta que durante la dictadura de Salazar se reformó y le añadieron jardines.
Hoy se puede visitar la ciudadela, el interior del castillo de San Jorge y el almenaje, donde se conservan algunas piezas de artillería.
Torre de Ulises
En el Castillo de San Jorge se encuentra la Torre de Ulises, otro de los sitios conocidos a nivel internacional.
Se trata de una cámara oscura que muestra imágenes de la historia de Lisboa en formato 360 grados.
Museo del Azulejo
Probablemente, el museo más importante dentro de los denominados “pequeños” que ver en Lisboa, esos museos dedicados a cosas diferentes a las ciencias y las artes.
Los azulejos que se muestran son un ejemplo de que el arte se puede encontrar en cualquier parte de la ciudad.
El museo está en el antiguo Convento Madre de Dios y expone una colección que representa la historia de los azulejos, desde la época árabe hasta nuestros días.
El azulejo más grande del país se encuentra allí, una panorámica de Lisboa de más de 35 metros fabricada en el siglo XVII.
Museo de Arte Antigua
La Galería Nacional de Portugal, donde se conservan las colecciones más importantes del país en cuanto a artistas nacionales, empezando en el siglo XV hasta la época actual.
También hay piezas de otros artistas europeos como El Bosco o Zurbarán, procedentes de colecciones particulares y la Casa Real portuguesa, propiedad del Estado.
Iglesia de San Vicente de Fora que hay que ver en Lisboa
Levantada en honor de San Vicente, patrón de la ciudad, cuando se llevaron sus restos a Lisboa procedentes del Algarve.
La iglesia se construyó fuera de las murallas (de ahí lo de Fora) y desde la entrada se accede a un monasterio antiguo, donde habitaban monjes agustinos.
En el claustro se conserva una importante colección de azulejos que cuentan detalles de la historia de Portugal, y un pasadizo lleva directamente a una sala en la que reposan los restos de la mayoría de reyes modernos, herederos de João IV.
El último rey, Pedro IV, también se encuentra allí como final de una época en la historia del país.
Centro de Arte Moderno y Museo Gulbenkian
Además de tener una colección de arte moderno destacable, el museo cuenta con unos jardines muy bonitos y un restaurante bastante conocido en la zona, donde hacer una pausa para seguir el camino.
Con la misma entrada se puede visitar el Museo Gulbenkian, con piezas egipcias, romanas, griegas e islámicas.
Además, tiene una colección de cuadros flamencos y holandeses de artistas como Rembrand y figuras tan destacadas como Renoir o Monet.
Esculturas, joyas, mobiliario y hasta cerámica española también forman parte de la colección.
Pasteles de Belém
Además de saber qué ver en Lisboa también debes aprender qué comer.
A pesar de que no es un monumento en sí, visitar Lisboa no es una experiencia completa si no se degustan los tradicionales Pasteles de Belém, receta típica de la ciudad que se elabora ya en muchos lugares, aunque los pasteleros que trabajan junto al Monasterio de los Jerónimos aseguran que no son iguales a los suyos, ya que cuentan con la receta secreta de los monjes y la siguen haciendo igual.
La cola para conseguir uno de estos dulces típicos puede parecer larga, sobre todo teniendo en cuenta que algunos días han llegado a salir del horno más de 50000 unidades.
Parecen estar acostumbrados en el establecimiento y como norma general no se tarda más de 10 minutos en tener un pastel en las manos, que se puede ir comiendo mientras damos una vuelta por los alrededores, mientras aún está caliente.
El Oceanário
Los amantes de la vida acuática seguro que disfrutan como niños en este lugar, construido con motivo de la Expo del 98. Es el segundo más grande de Europa y no se puede considerar un simple acuario, ya que cuenta con miles de especies marinas divididas en zonas.
Nada más entrar nos sobrecoge el Océanos Global, un tanque que representa la diversidad de la vida maria de todo el planeta. Luego hay distintos espacios reservados a los distintos océanos.
Pingüinos, nutrias, caballitos de mar o tiburones son algunos de los espectáculos que hay en estos mares miniaturizados del Oceanario de Lisboa, perfectos para quienes viajan en familia y buscan actividades para hacer con niños.
Haz que tu visita al Oceanário sea inolvidable reservando tu entrada anticipadamente y así evitar las colas que se producen a la entrada. Descubre el fascinante mundo submarino con tu ‘Entrada Oceanario de Lisboa‘.
Además la zona en la que se encuentra es muy original. Una zona nueva de tiendas, pabellones y de lo más importante qué ver en Lisboa.
Otro sitio recomendado para estos pequeños visitantes es el Zoo de Lisboa, uno de los mejores del continente.
Museo de las Artes Decorativas
Abierto al público desde mediados del siglo pasado, este museo se creó con la intención de conservar las artes tradicionales de Portugal en materia de decoración.
Para ello se compró un palacio del siglo XVIII que debes ver en Lisboa.
Se exhiben piezas del siglo XVII y XVIII como un juego de backgammon y un ajedrez completos, piezas de plata, porcelana china y alfombras antiguas. También hay exposiciones temporales, charlas y conciertos.
A su lado, en un edificio que está cerca se puede ver cómo se trabajan la madera, el cuero y otros materiales al estilo tradicional.
El Mirador de Santa Lucía
Desde este mirador, que se encuentra en la iglesia del mismo nombre, se puede encontrar otro lugar perfecto para tomar una panorámica de Lisboa a la orilla del Tajo.
En el horizonte se pueden ver varias iglesias. La fachada de la iglesia tiene una pared de azulejo con la vista de la Plaza del Comercio antes del terremoto y el ataque al castillo de San Jorge a manos de las tropas cristianas.
La Casa dos Bicos
Este peculiar palacete tiene una fachada singular, poco conocida en la zona. Está cubierto por piedras talladas en forma de punta de diamante, algo que estaba de moda en Europa en el siglo XVI, pero que en Lisboa no se suele ver y por lo que llama aún más la atención.
La fachada también es curiosa por ser asimétrica. Las puertas y ventanas están colocadas en distintos sitios y son de tamaños y formas diferentes.
El terremoto destruyó las dos plantas superiores, que no se volvieron a levantar hasta los años 80. La planta baja es una sala de exposiciones itinerantes. Merece la pena acercarse aunque solo sea para ver el edificio por fuera.
Parque de las Naciones
El lugar en el que se celebró la Expo 98 es hoy el Parque de las Naciones, un lugar de estilo contemporáneo con zonas comerciales y un nuevo barrio.
Allí se encuentra el Oceanario, el Casino y un funicular donde se puede ver Lisboa desde el aire.
También tiene una Marina para 600 barcos y es una zona genial para los observadores de aves por encontrarse en el Estuario del Tajo.
No está de más pasarse por allí si tienes bastante tiempo, aunque si tu visita es corta puede que sea mejor dejarlo para otra ocasión.
El Barrio Alto
Bares, restaurantes y locales de copas son sitios que ver en Lisboa y muchos de ellos se concentran en este barrio lleno de rincones un tanto oscuros y calles sin salida.
Es uno de los sitios en los que puedes coger el conocido tranvía de Lisboa, uno de los medios de transporte más antiguos que se conservan y aún se utilizan en Europa.
Se encuentra un mirador con una de las mejores vistas de toda la ciudad y se considera una de las visitas obligadas para conocer la vida de Lisboa, sobre todo a partir de las 9 de la noche.
De día, el barrio alto es una zona más bien tranquila, donde se pueden encontrar locales para degustar platos típicos.
Palacio de la Pena (Sintra)
A solo 14 kilómetros de Lisboa capital, pero aún dentro del área de Lisboa, se encuentra una pintoresca ciudad llamada Sintra, donde hay un palacio de lo más sorprendente.
Un edificio románico del XIX en varios colores donde vivió la Familia Real después de que Fernando II se enamorara de la zona y mandara su construcción sobre las ruinas de un monasterio que quedó completamente destruido tras el terremoto.
El palacio es una mezcla de estilos, tantos que algunos aseguran que es lo más feo que han visto, mientras que a otros les encanta. Lo que está claro es que no le deja indiferente a nadie.
Desde lo alto del castillo se puede ver toda la ciudad, ya que se encuentra ubicado en lo alto de una colina desde la que ver Lisboa. Un jardín casi interminable lo rodea casi por completo.
Al proclamarse Portugal como República el edificio pasó a ser un museo, conservando el interior tal y como se quedó cuando la familia real lo abandonó.
Algunos de los puntos a los que dedicar algo de tiempo son:
- Los azulejos de la fachada principal
- Las cocinas
- El salón donde se organizaban las recepciones para los embajadores
- El escudo de armas de la Casa Real
- La torre de vigilancia
Algunas de las excursiones que puedes hacer desde Lisboa a Sintra son las siguientes:
- Tour de 1 día a Sintra, Cabo da Roca y Cascais
- Excursión de un día al Palacio de la Pena, Sintra, Cabo da Roca y Cascais
- Visita guiada de un día a Sintra, Pena, Regaleira y Cascais
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